Wiñaypacha: Eterna esperanza por un mundo en el que quepen todos los mundos
Óscar Catacora nos dejó un gran legado al haber creado colectivamente una producción artística que interpela sentimientos pero que además, junto a una firme postura ético-política, hace un llamado a la reflexión y toma de conciencia sobre la vida de muchas personas adultas mayores de los Andes del país.
Wiñaypacha es eternidad en aimara, una de las lenguas oficiales del Perú y que se habla predominantemente en gran parte del Altiplano peruano.
Wiñaypacha es el nombre que Óscar Catacora, comunicador y director cinematográfico nacido en la región de Puno ubicada al sur oeste del territorio peruano, le puso a su ópera prima: un largometraje protagonizado por dos personas adultas mayores aimarahablantes. Es la primera película peruana íntegramente en lengua aimara. En definitiva, un punto de inflexión en la producción cinematográfica del Perú.
Se trata de la historia de Phaxsi (Rosa Nina) y Willka (Vicente Catacora), una pareja de personas mayores de 80 años que viven en las montañas del Altiplano peruano, a más de 5000 metros de altura sobre el nivel del mar. Ambos mantienen sus costumbres culturales y espirituales que en la película se visualizan muy claramente a la luz natural del día y con la luz del fuego en la noche. Debido a la migración de su único hijo “Antuco”, viven en una situación de soledad no deseada, abandono. Aun así, no pierden la esperanza de que él regrese, algún día.
Este largometraje peruano fue ganador de un fondo económico del Ministerio de Cultura. Asimismo, ganó el premio a “Mejor ópera prima” y “Mejor fotografía” en la categoría “Mejor Largometraje Iberoamericano de Ficción” en el Festival de Cine de Guadalajara del 2017. Además fue elegido para representar a Perú en los premios Óscar como mejor película extranjera. Se presentó durante el 2017 en Festivales de Cine en distintos puntos del país y en 2018, en cine comercial de Lima, Puno, Cusco y Arequipa, manteniéndose en cartelera por cinco semanas. Tuve el enorme gusto de ir a verla a un Festival en una noche de noviembre de 2017, al salir de mi trabajo en el conocido como “Hogar Canevaro”.
Al día siguiente, pensaba mucho en las soledades no deseadas en las que viven tantas personas adultas mayores en nuestro país y en el mundo; personas como quienes se encuentran en un Centro de Atención Residencial como Canevaro, pero también personas que continúan viviendo en su lugar, en su hogar, pero que porque están situadas en lugares “alejados” viven en distancia de sus familiares que migraron a la ciudad. Pensaba en esas “distancias” y “lejanías” que más que geográficas son construidas socialmente, y que, por lo mismo, también pueden ser deconstruidas. Catacora y equipo buscaron generar estos y muchos otros más sentipensares.
Este año Wiñaypacha se estrenó en señal abierta de TV nacional en Perú. Y, actualmente está disponible en la plataforma de Netflix. Al llegar a esta plataforma, puede ser accesible a muchas personas de todo el mundo ¡No dejen de verla!
Este 26 de noviembre Óscar Catacora, director de Wiñaypacha, falleció a sus 34 años. Se encontraba en pleno rodaje de su nueva producción cinematográfica en la provincia de El Collao. Hoy el Perú está de luto porque partió de este plano de la Tierra un compatriota que abrió un gran camino y demostró, como él mismo señalaba, que en el Perú hay mucho talento y que nuestro país es diverso pero a su vez uno solo. En sus entrevistas reafirmó que somos uno solo como peruanos cuando en Guadalajara mencionaron que ganó Perú, no la región de Puno, sino Perú. Y he aquí la crítica que él muy fehacientemente hacía:
“Creo que solo en Perú existe esto de ‘Cine en regiones’ y otro término que también me incomoda es el de ‘Cine del interior del país’, me pregunto, ¿Cómo si Lima fuera del exterior? No, es completamente equivocado. Yo quisiera hacer un llamado a la sociedad que solamente nos denominemos peruanos y no estemos refiriéndonos a regiones o el ‘interior del país’”.
Óscar Catacora nos dejó un gran legado al haber creado colectivamente una producción artística que interpela sentimientos pero que además, junto a una firme postura ético-política, hace un llamado a la reflexión y toma de conciencia sobre la vida de muchas personas adultas mayores de los Andes del país, el extremo centralismo en el que vivimos y el desarraigo de nuestros orígenes, de nuestro terruño, de nuestra cultura ancestral. Algo que, ciertamente, nos une a todos y todas en Nuestramérica.
Óscar Catacora mencionó en muchas entrevistas que Wiñaypacha tuvo una motivación profundamente personal:
“Se basa en mi vida, en el pasado con mis abuelos, veía la ausencia de mis papás y de sus otros hijos, mis tíos que viven en Lima, que pocas veces los visitaron; veía su nostalgia. Y ese abandono sigue ocurriendo porque muchos jóvenes dejan su lugar”
Termino con algo que menciona Rita Segato: “Es político contribuir escribiendo saberes que a menudo son considerados ilegítimos, marginales y menos merecedores de prestigio”. Óscar y su equipo (siempre hacía mención a su trabajo en equipo) lograron visibilizar y movilizar genuinamente con una historia que a su vez representa muchas historias invisibilizadas, silenciadas.
Recuerdo que al escribir un pequeño artículo sobre Wiñaypacha en el marco de su estreno en cine comercial de nuestro país, tuve un pequeño intercambio de palabras con Óscar a través de sus redes sociales. Fue más que suficiente para notar directamente su sencillez, calidez y gran rigurosidad en su trabajo. Tenía la esperanza de conocerlo en persona. Hoy ya no es posible pero sí es posible seguir su legado como peruanos y peruanas, abriendo caminos para que la eterna esperanza por un mundo en el que quepen todos los mundos sea una realidad.