Por lo visto en los mercados del país, la medida de restricción por género no dio los resultados esperados. La aglomeración se intensifico y la tan ansiada distancia social simplemente se esfumó entre mares de gente en días previos a la Semana Santa. Como suele pasar, algunos medios han salido a liquidar al “mensajero” (Farid Matuk, quien propuso la medida) sin analizar necesariamente lo que falló en su aplicación.  

Tres elementos claves a considerar: un alto porcentaje de hogares son manejados solo por mujeres, por lo tanto no hay varones mayores que puedan hacerse cargo de las compras. Otro tanto de hogares no cuentan con refrigeradora para conservar alimentos de un día para el otro, y luego está la consabida cuarentena repotenciada: nadie sale jueves y viernes santo. Considero equivocado decir, como sostiene Farid Matuk, que hubo un exceso de igualdad. Lo que faltó fue una lectura de data estadística disponible. A esto hay que sumar otros factores más cualitativos como la propia organización de los hogares peruanos y, como dijimos anteriormente, considerar los roles de género en nuestra sociedad.

Es saludable la corrección hecha por el Ejecutivo y es encomiable que se insista, como también mencionó Matuk, en la lucha contra el patriarcado, y el machismo que lo sostiene. Y pasado este Domingo de Resurrección, se abre una nueva oportunidad en cada hogar peruano en cuarentena. La estrategia de educación a distancia Aprendo en Casa, liderada por el Ministerio de Educación (y apoyada a regañadientes por los canales de TV privados), prosigue después de su primera emisión el pasado 6 de abril en TV Perú y radios de todo el país.

Es evidente que la educación peruana, particularmente la básica regular, tiene al frente un enorme reto en el contexto del COVID 19. Recién a partir de mayo podría iniciarse el retorno de los estudiantes a sus aulas. Es probable que, debido a las normas de distanciamiento social - menos alumnos en aula - la educación desde la casa vaya continuar como complemento de la modalidad presencial. Hoy más que antes la familia y la escuela deberán trabajar de la mano. Y este es un ámbito en el cual, tradicionalmente, las mujeres han tenido que afrontar solas o con poca participación de los hombres, ya sean esposos o hermanos mayores.

No existen estudios específicos al respecto, pero es claro que solo en tiempo recientes se han desarrollado mensajes que tratan de involucrar cada vez más a los varones en las tareas de reforzamiento y formación socio emocional que requiere la educación de los hijos e hijas en casa.

Es importante resaltar que ya se ha dado un primer paso en cuanto a la cobertura. La primera emisión del Aprendo en Casa ha tenido gran aceptación, por lo menos en lo que se refleja en el nivel de audiencia o rating, el cual ha sido superior al de los otros canales de señal abierta a la misma hora. Casi un millón de hogares han accedido a la primera sesión vía TV Perú, y un millón 800 mil vía el portal web. La forma en la cual se han planteado las sesiones para primaria e inicial permite que tanto padres como madres puedan estar presentes e interactuar con sus hijos, e incluso compartirlo en redes sociales como ya hemos visto en esta primera sesión.

Tal vez el mayor reto se vaya dar en el nivel secundaria, y en eso probablemente padres y madres se encuentren en “igualdad de desventaja” frente al desafío de lidiar con adolescentes, mucho más autónomos y con mayor acceso a contenidos en redes sociales. De hecho, la diferencia en audiencia es notable frente a los otros dos niveles: la sesión de secundaría llegó a 5.9 puntos, mientras que la de primaria e inicial, llegó a 13.7 y 15.5, respectivamente.

Son innumerables los elementos culturales que suelen atribuir, o tal vez podemos decir recluir, a la mujer en su rol de madre. Figuras como la de la Virgen María, es parte de dicha tradición, y se ve reflejada en una de las frases que pronuncia Jesús en la cruz: Mujer, he ahí a tu hijo. En un país donde se requiere profundizar la lucha contra el machismo, la actual cuarentena debe permitir que cada vez más varones se aproximen a sus hijos e hijas, compartiendo más y mejor el rol formador siempre atribuido a la mujer, y qué mejor manera que hacerlo desde la educación a distancia.