“¡¿Y ahora cómo voy hacer!? Voy a llegar tarde” – exclamó la señora que iba encogida en uno de los asientos de la combi que hace la ruta desde el Callao hasta Surco. "Llegando a la Arequipa tengo que tomar otro carro, todo por culpa de la Villarán. ¡Yo entro a las once a mi trabajo!”

Efectivamente, la airada pasajera tendría que tomar uno de los buses azules del primer corredor complementario implementado por la Municipalidad de Lima. Sin embargo, eran las 10:40 am y recién estábamos entrando a Miraflores. Había dos opciones: o la señora había salido tarde de su casa (y le echaba la culpa de ello a la alcaldesa) o tal vez se había amanecido con Susana Villarán inspeccionando el inicio del corredor azul. Uno nunca sabe. 

“Salir a hacer difusión sin materiales, es como ir a una guerra sin armas” – reclamó un funcionario municipal en una reunión a pocos días del inicio de los cambios en el eje Arequipa – Garcilaso – Tacna. Varios de los presentes asintieron en silencio, entre ellos algunos voluntarios y miembros de colectivos juveniles que forman parte de la Red Ciudadana por un Transporte Seguro.

“Pero no nos vamos a quedar de brazos cruzados, avancemos con lo que tenemos.” – se sobrepuso uno de los miembros de Yo apoyo la Reforma del Transporte. “Tenemos la presentación Power Point y podemos hacer un temario básico para salir a informar junto con los orientadores”. Pocas horas después ya se contaba con el material impreso del corredor azul pero se había perdido tiempo valioso para informar a la gente. Valgan verdades.

Después de un primer fin de semana y feriado con el funcionamiento del corredor complementario entre el Rímac y Miraflores uno puede confirmar algunas cosas que ya sabíamos y otras nuevas que no había forma de saberlas si es que no empezábamos la reforma de una buena vez.

Lo reconfirmado: la reforma es un proceso difícil que va suponer cambios de conceptos y de conductas en todos los agentes participantes. Esto se supo y se dijo desde que se dieron las ordenanzas que harían posible la reforma y se repitió en la conferencia de prensa previa al inicio de operaciones. Las escenas contadas al inicio de este artículo así lo demuestran. El pasajero deberá respetar paraderos, frecuencias y sobre todo a otros pasajeros al subir y bajar de los buses. Pero también la propia autoridad municipal deberá ir ajustando sus sistemas de información y orientación, haciéndolos más oportunos y amigables para usuarios acostumbrados a su propio orden en medio del desorden. Para lograr este propósito, los testimonios y sugerencias de usuarios frecuentes, de orientadores e inspectores de la Gerencia de Transporte, voluntarios y activistas, y de los equipos de apoyo de la Gerencia de Participación Vecinal serán claves.

Por el lado de los conceptos, considero que el más importante es que el gran cambio no va estar en ampliar pistas para más automóviles (sean estos particulares o públicos), ni en construir más by passes que trasladan el problema de una zona a otra de la ciudad. Más allá de que la Municipalidad ya está embarcada en grandes proyectos de infraestructura, el gran cambio, la verdadera revolución social de esta gestión de centro izquierda, está en el sistema de transporte público que ya no se basará en cuántos pasajeros recoge cada bus (guerra del centavo) sino en la distancia recorrida. Más distancia en menos tiempo supone mejor servicio para el usuario que desea llegar rápido y cómodo a su destino y mayor rentabilidad para las empresas concesionarias que tendrán a sus choferes en planilla y con beneficios sociales.

Lo nuevo: Mayor aceptación de la esperada por parte de algunos usuarios respecto a los sacrificios que habrá que hacer al inicio de la reforma. Durante el primer día de implementación del corredor azul fue alentador ver que espontáneamente los pasajeros del paradero de la avenida Angamos hacían cola para abordar los buses. Asimismo, en el paradero de Risso un grupo de manifestantes nos hicieron pensar que habría movilizaciones en contra del corredor complementario. Fue un error de percepción. Las animadas arengas y pancartas por parte de mujeres, algunas acompañadas de sus hijos, eran a favor de la reforma. Asimismo, la enérgica reacción de la policía retirando con grúa las custers que pretendían bloquear la vía en el puente Tacna fue una buena señal de autoridad que esperemos se mantenga.

La reforma del transporte en su fase de pre operación ya se inició. Los usuarios están en el derecho de reclamar ajustes y mejoras a su alcaldesa y a los funcionarios involucrados en este gran cambio. ¿Qué le toca hacer a los ciudadanos y ciudadanas que cuentan con mayor y mejor información? Compartirla y sobre todo promover mejores conductas de pasajero a pasajero, comenzando por el que tengas al costado o en la cola. Habla ¿vas?.